Concentración en el Altozano

Como todos los primeros viernes de mes, mañana tendrá lugar en el Altozano, a las 19:00h., la concentración silenciosa con la hacemos visible que no nos olvidamos de la situación de tantos refugiados que siguen sin tener solución para su situación.

El pasado mes se leyó el artículo que dejamos a continuación, al que se añadieron algunos datos, y un poema de Eduardo Galeano.

No son refugiados, sino abandonados
(Moisés Navarro Sánchez - 01.10.2017 - La opinión de Murcia)

El pasado martes 26 de septiembre, acabó el plazo fijado hace dos años por la Unión Europea y sus Estados, entre ellos España, para acoger a 180.000 personas refugiadas a través de programas de reubicación y reasentamiento. Una medida fijada ante la grave crisis migratoria que vive Europa, principalmente causada por las guerras y los conflictos.
Ante esta medida, la realidad es que la Unión Europea apenas ha logrado trasladar a una de cada cuatro personas a las que se comprometió, mientras que España,  con 1.983 personas entre reubicadas y reasentadas,   de las 17.387 a las que se comprometió, se sitúa en el 11,4% de cumplimiento de estos acuerdos. A la cola de los países europeos. El decimoséptimo de veinticuatro.
Ahora la obligación se extingue. Solo si la Unión Europea pidiera  cuentas al ejecutivo español, cabría una denuncia ante el Tribunal de Justicia de la UE. Pero la UE no está por la labor, más bien al contrario. Europa ha perdido su credibilidad. La respuesta de Europa es pobre, la española esvergonzosa.

Con este incumplimiento, la Unión Europea vuelve a mostrar su cara más insolidaria, la de no estar a la altura de aplicar sus compromisos ni llevar a cabo políticas que acaben con este drama humanitario que sufren miles y miles de personas, así como la de no aprender de su historia, ya que su actitud ante la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial da cuenta de un proyecto de Europa fracasado e inhumano incapaz de hacer frente a una crisis que supone una tragedia humanitaria sin precedentes.
Es más que evidente que las políticas en materia de refugio y asilo han fracasado, y que no han sido políticas prioritarias por parte de nuestros Gobiernos para afrontar esta gran crisis de refugiados. Ante este fracaso, España no se queda atrás, ya que el gobierno español tampoco ha cumplido con su compromiso de acogida. Es intolerable que nuestros gobiernos no entiendan que el derecho a refugio es un derecho humano y que debe garantizarse.


Es lamentable que los Gobiernos olviden que sólo desde el respeto absoluto de las obligaciones del Derecho Internacional humanitario se puede garantizar la supervivencia de estas personas, que no son cifras, que son seres humanos con familias, con esperanzas, con trágicas historias de vida. Personas que no pueden esperar más tiempo a que se pongan de acuerdo en cómo aplicar y armonizar las políticas de asilo de la Unión Europea.

No es posible que los Gobiernos no hagan nada y no se marquen como reto evitar la muerte, el sufrimiento humano y el desplazamiento forzoso de miles de familias. Los Estados tienen la obligación de garantizar los derechos humanos y afrontar los grandes retos de la humanidad con la responsabilidad que les exige la legislación internacional.
Cabe recordar que las personas que inician estos viajes, dejando atrás sus pueblos, ciudades y sin apenas garantías,  huyen de conflictos bélicos, condiciones de pobreza extrema y violación sistemática de derechos humanos. Realidades en las que los países occidentales han tenido y tienen una importante responsabilidad, por acción o por omisión.
La sociedad civil llevamos tiempo exigiendo un cambio de rumbo en la deriva que está tomando Europa y sus Estados para que cumplan con sus compromisos y que impulsen políticas que garanticen el debido cumplimiento de los derechos de las personas refugiadas y migrantes y el respeto de los derechos humanos.

Es una realidad la urgencia de poner en marcha medidas firmes que protejan la vida de las personas, que garanticen vías legales y seguras, protejan a quienes son más vulnerables y acaben con las devoluciones en caliente. De la misma forma que urge acabar con el desvío de fondos de cooperación para la externalización y militarización de fronteras. La Unión Europea no puede centrar la política de migración en el control y blindaje de las fronteras, sino en políticas de solidaridad.

Europa tiene que dejar de incumplir, y debe estar a la altura ante estas situaciones. De no hacerlo y no evitar estos dramas, dejará por los suelos sus valores fundacionales de la Unión Europea y la defensa a ultranza de los derechos humanos.
Porque la Unión Europea no puede dejar en el olvido, abandonados y sin salida a miles de personas que necesitan de nuestra ayuda.

LOS NADIES
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres,
 que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
 pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca,
 ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda,
 o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la Liebre,
muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica Roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

EDUARDO GALEANO.                                        


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